Vivimos una gran jornada de formación, reflexión y oración

Reunidos en el auditorio Colegio Cordillera, el pasado sábado 20 de agosto, tuvimos la Jornada de Renovación y Nuevos Ministros Extraordinarios de Comunión.

En esta, el Padre Pedro realizó dos charlas; "Dialogando con el Señor" y "El llamado y mi compromiso", cuyo mensaje central se dirigió a reflexionar que el servicio es vocación de comunión y de escucha.

En la primera se invitó, a través de diferentes personajes bíblicos, a conocer la forma en que Dios se les presentó, se les comunicó. Identificando así en ellos cómo Dios nos busca a cada uno de nosotros.

Con la guía del padre, los ministros reflexionaron y degustaron que en la intimidad Jesús los forma como colaboradores, como servidores. Les enseña a amar, como él los ha amado, y en esa intimidad y comunicación se van abriendo puertas y dejando así que él los habite, los mueva y conmueva.

En la segunda charla, el foco se puso en la escucha, en el "Shemá Israel" en el "Escucha Israel, Pueblo de Dios, el Señor es tu Dios". Se exhortó a abrir los oídos, a dejarse inspirar por el Espíritu Santo. Pero siempre desde la humildad y con una profunda conciencia de ser discípulos, solo así nos abrimos a un genuino entendimiento y oído, tal como sucedió en el primer Concilio de los primeros cristianos.

Ambos temas expuestos condujeron a comprender a Jesús como el camino, la luz y la vida, y que el seguirlo es poder habitar en el amor. Esto se enriqueció aún más con un trabajo grupal y un instante de adoración eucarística.

"El servicio, es una forma de amar", "Es una retribución al amor". Fueron algunas de las impresiones de los servidores participantes de esta provechosa jornada.

Como servidores debemos estar a la escucha de Jesús, tanto en intimidad con Él, como en comunidad. Fue una de las principales conclusiones del día.

"Es una acción de gracias que Dios nos invite a participar, mientras más lo conozco, más lo amo". Palabras de uno de nuestros servidores.

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¡Gracias servidores del altar, por su servicio y amor al Señor!