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¡Ven Señor Jesús!

Que esa sea nuestra oración este Adviento

Tiempo de preparación, con la mirada puesta en la celebración de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, pero también en su segunda venida.

El Tiempo de Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo siguiente a la Fiesta de Cristo Rey, es decir, este año el domingo 27 de noviembre veremos encender la primera vela de la Corona de Adviento.

Nuestro párroco nos anima a vivir estas semanas manteniendo el corazón vigilante para el nacimiento de Nuestro Señor.

De este modo, comenzaremos un caminar durante todo un año, pasando por todos los tiempos litúrgicos que nos conducen hacia distintos misterios de Dios y su Iglesia. El calendario litúrgico no es un recuento histórico de la Vida de Jesús, sino que es para convertirnos, guiar nuestro peregrinar por este mundo, y juntos como Iglesia, celebrar la Fe y caminar rumbo al cielo.

El término "Adviento" viene del latín adventus, que significa venida, llegada. Y corresponde a los cuatro domingos anteriores a la Navidad. El color usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo es el morado. (1)


¿Como vivir este Tiempo?
1. Preparemos la Corona de Adviento
Cuatro luces que poco a poco se van encendiendo como aquel camino lleno de esperanza en el que se espera al Salvador del mundo.

Trae la tuya a las misas de este domingo 20 de noviembre, ocasión en que serán bendecidas las Coronas de Adviento en nuestra comunidad parroquial.

2. Busquemos las luces navideñas
En las celebraciones navideñas queremos tener nuestras casas y lugares de trabajo o estudio, iluminados, con colores, con alegría. Te propongo que así mismo se haga en el corazón, que busquemos las luces que necesitamos para llenarlo.
Si no las tienes, ¡habrá que ir en búsqueda de ellas! Piensa dónde encontrarlas: en tu familia, en tus amigos, en la oración, en la lectura, en la reflexión. En el perdón que necesitas dar o recibir, en ese compañero con el que dejaste de hablar.

3. Construyamos el pesebre
El centro de la celebración navideña es un pequeño pesebre, donde lo fundamental es una cuna en la que se hará presente lo más grande: Jesús.

4. Armemos el árbol de Navidad
A lo largo de la historia, el árbol se ha convertido en el signo de Cristo, de la abundancia que viene de la providencia de Dios.
Buscar el árbol de Navidad y armarlo en familia es una costumbre de esta época. Aprovechemos el Adviento para construir, familiar y personalmente, el árbol de la fe en el corazón de cada uno. (2)


(1)Fuente: Catholic.net
(2)Fuente: CatholicLink