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El Sagrario

Conociendo nuestro templo...

El "Tabernáculo" o "Sagrario" es el lugar en donde se reservan los copones con las hostias consagradas en la misa, es decir, el Santísimo Sacramento.

En nuestra parroquia, lo encontramos en una capilla lateral exclusivamente dedicada para este fin.

Nuestro párroco, nos cuenta que el Tabernáculo de nuestra iglesia fue diseñado en primer lugar por Samuel Claro. "Un fondo de madera, reflejando la simpleza y la nobleza del material, y la imagen del Cordero Pascual simboliza el nuevo cordero pascual que ofrece su vida por nosotros y se confía al Padre: se pone en sus manos. Es un signo de esperanza. El que murió, el Padre lo resucitó".

Añadiendo también el detalle de las fuentes de agua viva. "Porque del Cordero emana Su gracia, ahí está la fuente, el agua viva que brota de esa experiencia del alimento del Cuerpo de Cristo", nos enseña el Padre Pedro.

Si bien es cierto, en la norma anterior se mandaba a colocarlo en el centro del altar mayor. En las catedrales y en las iglesias monásticas se solía colocar en el altar de una capilla lateral, la llamada Capilla del Santísimo. Esto con el fin de darle un culto especial, y para poder sacar alguna forma para dar la comunión sin obstaculizar las celebraciones solemnes que se llevaban a cabo en el altar mayor.

En la actualidad, el Código de Derecho Canónico manda que la Eucaristía debe de estar reservada “en la parte más noble de la iglesia, insigne, visible, hermosamente adornada y apta para la oración.” (CIC, c 938, e IGMR, n. 314).

Sin embargo, las normas litúrgicas dadas tras el Concilio Vaticano II sugieren que en el altar en el que se celebra la Santa Misa no se coloque el sagrario como se hacía antes, por razón de signo (IGMR n. 315), instando a que si el templo reúne las condiciones, se coloque en una capilla unida a la iglesia que sea propicia para la adoración y la oración.

Este es el caso de nuestro templo, en el cual se ha determinado dedicar un lugar especial para reservar las sagradas formas eucarísticas, y que así nuestros fieles puedan, cada vez que se acerquen a la parroquia, pasar un instante de íntima adoración ante el Señor Sacramentado.

¡Vayamos con prisa a hacerle compañía a Jesús en la Capilla del Sagrario de nuestra parroquia!


Fuente: liturgiapapal.org