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Contemplando el Pesebre, esperamos al Salvador

Símbolo de esperanza en nuestra comunidad

Toda la tierra espera al Salvador y nuestros hogares expresan ese deseo con luces y la decoración propia de este tiempo. El tradicional árbol de Navidad ya luce en nuestras casas y, por supuesto, con los Pesebres que recrean aquella escena que se vivió en el portal de Belén hace más de dos mil años atrás.

Nuestra parroquia y capilla también ya cuentan con su Pesebre, que nos acompaña en estos últimos días de Adviento, en los que la Santa Iglesia nos invita a prepararnos para esta fiesta de modo íntegro: es decir, con el alma y el cuerpo dispuestos.

Aumentemos la oración, meditemos el misterio de la Natividad, unámonos a la Iglesia en la práctica del ayuno y la abstinencia, y, contemplando nuestros Pesebres, pidamos al Niño Dios que venga pronto.

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!