Click acá para ir directamente al contenido

¡Celebremos a la Reina y Madre de Chile!

16 de julio: Virgen del Carmen

Nuestro país está bajo el patrocinio de María Santísima en su advocación de Nuestra Señora del Carmen. A ella manifestamos nuestro cariño con el título de Reina y Madre de Chile. Y como buenos hijos, no podemos dejar de celebrar su fiesta.

En cada misa dominical de este fin de semana celebraremos la Solemnidad de la Virgen del Carmen.

Sábado 15 de julio - 19:30 hrs.
Domingo 16 de julio - 10:30, 12:00 y 19:30 hrs.

Eucaristías que serán acompañadas, a su término, por un breve homenaje musical: "Cantos a María". En el que los coros de nuestra parroquia interpretarán una o dos canciones especialmente dedicadas a la Virgen en su día.

El Escapulario: Señal de consagración a María

En esta jornada, también muchos suelen recibir por primera vez el Escapulario café. Con él demostramos Veneración, Confianza y Amor a María, tan solo por vestirlo devotamente día y noche.

En nuestra parroquia los escapularios se entregarán este viernes 14 de julio, durante la misa de 19:30 hrs.

Este sacramental, que halla su origen en la aparición de la Virgen del Carmen a San Simón Stock, tiene asociada gran cantidad de gracias especiales. La más importante es el "Privilegio Sabatino".

Esta es la promesa que Nuestra Santísima Madre hizo de liberar ella misma del purgatorio, el primer sábado después de su muerte, a aquellos que en vida hayan:

1.- Vestido fielmente el Escapulario
2.- Observen la castidad de acuerdo a su estado de vida
3.-Recen a diario el pequeño oficio de la Virgen o 5 décadas del Rosario

Sobre el uso del Escapulario

Debe vestirse sobre los hombros, para que una pieza caiga sobre el pecho y la otra en la espalda.

La primera vez que se usa, es un sacerdote el que debe imponerlo con un rito particular, en el que se declara que "recuerda el propósito bautismal de revestirse de Cristo, con la ayuda de la Virgen Madre, solícita de nuestra conformación con el Verbo hecho hombre, para alabanza de la Trinidad, para que llevando el vestido nupcial, lleguemos a la patria del cielo". (1)

Por ende, no debe ser un acto más o menos improvisado, sino el momento final de una cuidadosa preparación, en la que el fiel se hace consciente de la naturaleza y de los compromisos de vida que asume al serle impuesto el Escapulario por primera vez.

«¡Soy todo tuyo, María!»

(1) Fuente: Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos - InfoCatólica